viernes, 28 de octubre de 2011

De Hamlet al Rey León


Ahora que El Rey León se volvió a poner de moda, por su reaparición en la pantalla grande, pero ahora en 3D (que viene siendo lo mismo sólo que Disney ya no sabe como sacar más dinero), me hizo recordar la influencia que esta historia tiene de la obra teatral Hamlet, del célebre dramaturgo inglés William Shakespeare.
No se sabe a ciencia cierta en qué año fue escrita, pero aproximadamente fue entre 1599 y 1601, y a pesar de que han pasado tantos años desde su creación este clásico sigue estando vigente, y es una de las obras de teatro más representadas en el mundo; también ha sido película, y en 1994 Disney decidió llevarla a la pantalla grande en forma de dibujos animados.
La famosa obra del dramaturgo inglés consta de cinco actos; transcurre en Dinamarca y nos relata cómo el príncipe Hamlet trata de vengarse de su tío Claudio, porque éste asesinó a su padre -para apropiarse del reinado- y no conforme con esto se casa con la madre de Hamlet, Gertrudis. La obra está llena de traiciones, locura, dolor y venganza.
Al inicio de la obra,cierta noche se le aparece un fantasma a Hamlet y le informa que es el espíritu de su padre y que su tío Claudio lo asesinó al verter veneno en su oído mientras dormía. El fantasma le pide que lo vengue matando a su homicida. Tras el encuentro, el príncipe duda si el espíritu es el de su padre y si lo que ha dicho es real.
En El Rey León, el rey es Mufasa, y su hermano Scar era el siguiente en la línea de sucesión al trono, hasta el nacimiento del primogénito del primero, Simba. Scar está obsesionado con el poder, y también mata a su hermano, como Claudio al Rey Hamlet.
Scar logra deshacerse de Mufasa y de Simba, con la ayuda de tres hienas que provocan una estampida de ñus, en la que Simba se ve envuelto y su padre intenta rescatarlo pero muere en el intento; entonces se culpabiliza por la muerte y es convencido por su tío para que huya lejos.
Simba también es perseguido por el espíritu de su padre, quien le ordena tomar el trono y le informa la verdad acerca de su muerte.
Hamlet, es un personaje muy complejo, difícil de describir, depresivo, errático, y muy cambiante; razón por la cual su madre y Claudio, deciden traer a dos amigos de su infancia: Rosencrantz y Guildensterm, para que investiguen la causa por la cual su amigo está tan “extraño”. Pero la razón real por la que aparecen, es porque son unos espías que Claudio mandó llamar para que estén al tanto de todas las acciones de Hamlet. Estos personajes sirven de “amigos” de Hamlet, hasta que éste descubre sus verdaderas intenciones y ordena ejecutarlos.
A diferencia de Hamlet, Simba sí tiene un par de amigos verdaderos: Timón y Pumba, que conoce cuando escapa después de la muerte de su padre y llega a un desierto. Encontrándose con un suricato y un jabalí, respectivamente; que lo ayudan a olvidar su trágico pasado y lo hacen sentir mejor con sus ocurrencias y gran sentido del humor.
En varias escenas estos personajes se llevan la película y hacen de su pegajosa canción “Hakuna matata” un clásico del cine infantil. Fue tanta su popularidad que en 1995 Disney decidió lanzar la película “Alrededor del mundo con Timón y Pumba”. Tom Stoppard, dramaturgo británico, escribió una historia llamada “Rosencrantz y Guildernsterm han muerto”; otra similitud que tienen Hamlet y El Rey León, sus personajes secundarios suelen ser tan interesantes por sí mismos que cuentan con sus propias historias.
Simba encuentra el amor en Nala, una amiga de la infancia, que deja de ver por algunos años, y cuando se reencuentran descubren que esa amistad se ha transformado en amor; y como toda historia tierna de Disney, estos se quedan juntos.
La joven Ofeliaestá enamorada del príncipe Hamlet. Su hermano Laertes, como garante del honor familiar, la advierte de los peligros de enamorarse de un superior social, de los que luego abandonan a las doncellas deshonradas para casarse con una noble. Ofelia no corre con la misma suerte que Nala y termina suicidándose en un río.
Y es así como nos damos cuenta de que las obras de Shakespeare tienen tanta riqueza en contenido, los personajes son tan complejos, y los temas que aborda son universales, tales como el amor, el odio, la venganza; que se pueden llevar a la pantalla grande y adaptarse de muchas formas. En resumidas cuentas, la razón del éxito del Rey León se llama: Shakespeare.
Por: Alejandra Fuentes.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Zopilotes, buitres, hienas...


"En este país hay muchos hijos de la chingada y los peores son los seis generales que dieron el golpe contra Madero". Paco Ignacio Taibo II.

Paco Ignacio Taibo II.
Temporada de zopilotes.
Paco Ignacio Taibo II
Ed. Planeta, 2009, México

Zopilotes, buitres, hienas. Eso fueron los seis generales que dieron el golpe de estado al gobierno legítimo del presidente Madero en 1913. "La Decena Trágica", así llamada por ser los diez días más vergonzosos en los que la ambición por el poder y el dinero se sintieron más que nunca. Paco Taibo II  con una espléndida narrativa, nos lleva por los laberintos más oscuros de nuestra historia contemporánea.

 Un oportunista Félix Díaz; un resentido aristócrata, como lo era Bernardo Reyes; un sanguinario general Huerta; un rencoroso intervencionista, como lo fue el embajador estadounidense Henry Lane Wilson, entre otros personajes porfiristas, quienes fueron los autores intelectuales de la muerte del presidente Francisco I. Madero, junto con su vicepresidente Pino Suárez.

Otra historia hubiera sido si en lugar de Pancho Madero hubiera estado a la cabeza del gobierno su hermano Gustavo Madero, El ojo parado, como despectivamente le decían sus enemigos. Taibo II nos va adentrando, de manera única, en los pensamientos de un Francisco I. Madero ingenuo, confiado, terriblemente honesto; quien creía que todo el mundo era bueno, como él. Con mucha más malicia y suspicacia, Gustavo le había advertido que estaban rodeados de buitres y que sólo estaban esperando un corto tiempo para arrojarse sobre los despojos de ambos, como así lo hicieron.

 Mención aparte merece la viril y valiente actitud del embajador de Cuba en México, Don Manuel Márquez Sterling; quien acompañó a los mártires de la decena trágica en sus últimos momentos de vida y aún arriesgando la propia, pues se atrevió a desafiar las órdenes de Lane Wilson en el sentido de aislar al loco de Madero  pues era un peligro para el país. En todo momento quiso salvarle la vida; pero quien podía contra el coloso del norte y sus traidores compinches.

Analizar este capítulo de la historia de la manera en que lo hace Paco Ignacio, aparte de ser una verdadera delicia, nos revela tal como son, las traiciones y venganzas  en nuestro acontecer;  aunque a veces no lo queramos ver, por eso nos va como nos va. Enterarnos del pasado y con pleno fundamento es una de las actividades más relevantes de este brillante escritor, el cual ya nos tiene acostumbrados a paladear su excelente prosa.

Recomiendo ampliamente su lectura pues desde el comienzo, ya no hay regreso, queda una atrapada en el mar de la imaginación y la verdad.

Por: Luz María del Pilar Sánchez Hernández.

La familia (y otras demoliciones)

La familia (y otras demoliciones)
Germán Dehesa
Ed. Planeta, 2003
Por: Pilar Sánchez Hernández. (27-09-11)

Se  te extraña mi Charro Negro.  Difícilmente nos vamos a acostumbrar a tu ausencia. Ya formabas parte de nuestras vidas  cuando de manera tan entretenida y peculiar convertías la vivencia simple y cotidiana, en algo memorable y significativo. En esta ocasión me refiero a tu muy particular visión de la familia mexicana de clase media. Tu lectura nos llena de añoranzas y recuerdos.  Cada anécdota, cada suceso, por simple que parezca, va haciendo recuerdo de sucesos que muchos mexicanos y mexicanas hemos vivido. Nos podemos ver reflejados en varios de ellos.

Platicas, con envidiable amenidad, de las suegras (La suegra biónica);  de la típica tía gorda y sus memorables fajas (¿Cuánto le debo?); de  como nos trataban en nuestra lejana infancia nuestras madrecitas; cuando aún no salían a competir contra los hombres en el campo laboral (Llévate algo); de la clásica semana mayor, en los hogares católicos (Semana Santa); de cómo te trataron y  educaron tus padres, lo cual produjo con el tiempo y a pesar de todo, un excelente literato (Mis padres) y  así  vamos recorriendo tu  mundo que es a su vez el  nuestro, en una magnífica colección de vivencias acaecidas aquí y allá.

La narración de tu existencia se desliza desde los 50´s hasta comienzos del milenio. Viviste junto con  miles de aztecas, como tú nos denominas a los habitantes del centro del país, acontecimientos de gran relevancia social que formaron el modo de ser del mexicano contemporáneo.

Familias sinvergüenzas, peleoneras, intrigantes, envidiosas,  mitoteras, chismosas; entre otras lindezas, pero también solidarias, fiesteras, guapachosas,  cómplices hasta lo abyecto, divertidas  y sobre todo muy mexicanas; es lo que tú nos presentas. Hay de todo en la viña del señor y en alguna tenemos que encajar la mayoría de los habitantes de este hermoso, aunque muy sufrido país.

Como nos haces falta mi Charro, para que nos ayudes a explicar que le está pasando  a tanta familia, de cualquier categoría social, en un ambiente cada vez más violento e inseguro.  Leer y releer tu libro, nos reconforta y nos lleva a un lugar de paz y diversión. 


*Por: Luz María del Pilar Sánchez Hernández

El 68 desde la caricatura de Abel Quezada

 ¿Cómo es posible vivir en un país tan imperfecto, tan pobre, tan castigado, tan incapaz de organizarse y tan indefenso ante los que lo mal  gobiernan? Abel Quezada.
     Cada año se recuerda el movimiento estudiantil de México en 1968, mucho se ha comentado de las injusticias cometidas a los estudiantes, existen documentales, películas, libros muy bien logrados, como La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska, etc. Porque, si bien es cierto, hace 43 años era muy difícil hablar  con claridad de lo que había ocurrido aquel 2 de octubre, y lamentablemente poco se voltea a ver la relevancia que tuvo la caricatura política en el tratamiento de esta situación tan crítica en nuestro país.
     El 3 de octubre nadie se atrevía a decir la verdad, pero la masacre era evidente. Ese día el monero regiomontano: Abel Quezada publicó en su espacio que tenía en el Excélsior, que en ese entonces era el diario más importante a nivel nacional,  un cartón memorable, conformado por un rectángulo negro y arriba del mismo: ¿por qué? El poder del negro y la pregunta fueron suficientes para que el caricaturista manifestara su inconformidad, una pieza dura y contundente.
    Y es que ante tal injusticia ¿qué más había que decir? las palabras, los discursos y los monitos salían sobrando; qué decirles a las madres que habían perdido a sus hijos de esa forma tan violenta, qué decirle a los vecinos de Tlatelolco, a la sociedad cansada de las mentiras y represión del gobierno. Como diría Poniatowska: “fuerte es el silencio” y en ese rectángulo negro estaba contenido todo el luto, todo el dolor de los que se quedaron aquí para contar esa trágica historia.  Carlos Monsiváis comentó que era un cartón magistral, porque la fuerza de la imagen desbarataba la versión oficial de la subversión y de una manera frontal.
     Quezada logró lo que pocos, ganarse la simpatía y la credibilidad de sus seguidores, era respetado por la clase política, participaba en la campañas publicitarias de los juegos olímpicos del 68, pero desaprobaba la matanza de los estudiantes de aquel año, aceptaba ir a los viajes con Luis Echeverría; sin embargo se manifestó en contra del golpe al Excélsior. Supo burlar la censura de su tiempo. En una época en la que casi no había libertad de expresión, AQ fue uno de los periodistas más influyentes, creador de personajes tan populares como: Gastón Billetes, El Político Flotante, El Charro Matías, y el Señor Pérez; además de publicista, pintor, divulgador de las teorías mexicanológicas de los años 50’ de Octavio Paz, Samuel Ramos, entre otros.

México es un país lleno de paradojas en el que las observaciones más precisas son chistes bien construidos. Esto eran los cartones de Abel Quezada.
Rafael Barajas, El Fisgón.
                                                                                              
*Agradezco al artista visual: Gustavo Fuentes, por su colaboración para la realización de este artículo.

         Por: Alejandra Fuentes.

El Taj Mahal: en el nombre del amor.


El Taj Mahal es poesía hecha arte, un canto al amor, una obra sublime que sólo un alma enamorada sería capaz de ofrecer al mundo.
Anónimo.

     En la entrada al Taj Mahal hay unos versos en árabe extraídos del Corán, que describen el paraíso, y que dicen: “quien cruce esta puerta de bronce, descubrirá un palacio de perlas rodeado de jardines”. Pues bien, descubramos la historia de este majestuoso palacio.

     Esta historia  data de 1607, cuando Sha Jahan,  de tan sólo 16 años de edad, heredero del Gran Imperio Mogol (imperio que dominó el norte de India entre los siglos XVI y XVIII)  se encontraba en el Meena Bazar, la fiesta que permitía a los dignatarios de la corte mogol visitar el mercado que montaban las mujeres;  en la cual vio por primera vez a una chica de nombre Arjumand. Él quedó impactado con su belleza, y en ese momento sólo pudo preguntarle el precio de una de las joyas que ella vendía, sin pensarlo dos veces, se decidió a comprarlas, a pesar de su elevado costo.
     Sin embargo el emperador Jahn tuvo que esperar cinco largos años, y casarse dos veces, para estar al lado de Arjumand. En la boda, a la que fueron cientos de invitados y fue una ceremonia espectacular, Jahn nombró a su esposa: Arjumand Mumtaz Mahal, que significa: “La Elegida del Palacio”.
     Desde aquel momento,  pocos días pasaron separados; él la llenaba de regalos caros, de diamantes, le demostraba su amor  a cada instante. Ella, a su vez, lo esperaba con el mejor de los vinos cada que él regresaba de un combate. Uno tras otro, y otro hasta llegar a los 13 hijos, tuvieron. El último parto, el número 14, se complicó; durante horas Jahn le dio fuerza, la tomó de la mano, no se separó de su lado; observando cómo la vida de su amada esposa se le escurría entre las manos, hasta desvanecerse definitivamente.
     El golpe para Jahn fue tal, que pasó ocho días encerrado en su habitación, sin casi comer ni beber; al término de su encierro mandó construir el mausoleo más impresionante que jamás se haya visto para el descanso eterno de su amada esposa; como prueba de su amor y para que el recuerdo de su nombre perdurara por siempre, y así fue.
     En Agra, lugar donde se sitúa el Taj, se reunieron las mayores riquezas del mundo: el mármol fino y blanco de sus paredes se trajo de las canteras de Jodhpur, jade y cristal de la China, turquesas del Tibet, lapislázuli de Afganistán, crisolita de Egipto, ágata del Yemen, záfiros de Ceylán, amatistas de Persia, coral de Arabia, malaquita de Rusia, cuarzo de los Himalayas, diamantes de Golconda y ámbar del océano Indico. Se desvió el río Yamuna para que el Taj Mahal se reflejara en sus cristalinas aguas.
     Muchas versiones revelan que el emperador tuvo a su disposición a los mejores arquitectos y decoradores, después de terminar su trabajo les hacía cegar y cortar las manos para que no pudieran volver a construir un monumento que empañara la grandeza del Taj Mahal. Ésta era una práctica bastante común en relación a algunos de los grandes monumentos de aquella época mogola. El fundador de aquel imperio fue Babur, de religión islámica, quien logró conquistar el norte de India en 1526. A partir de esta fecha, la edificación de majestuosos palacios fue característica de cada emperador mogol, quien luego de su muerte lo transformaba en su sepulcro y el de sus esposas.
     Cada uno de ellos fue construido en mármol, con grandes jardines como entradas al mismo. Pero sin lugar a dudas el Taj Mahal, es el más simbólico de todos ellos ya que Jahan era un enamorado del arte y la belleza.
    La monumental obra duró más de 20 años, pero antes de concluirla por completo, Jahan cayó muy enfermo;  sus hijos aprovechándose de esta situación lograron llevarlo preso para desterrarlo del trono, y así, quedarse con el poder. Desde su ventana, en su encierro, podía contemplar la obra que había construido, hasta que murió, y sus restos fueron enterrados junto a los de su querida esposa.
    
"El Taj Mahal parece la encarnación de todas las cosas puras, de todas las cosas santas y de todas las cosas infelices. Este es el misterio del edificio". (Rudyard Kipling) 

*Por: Alejandra Fuentes.






¡Viva México…y viva el mariachi, sí señor!



     El mariachi nos ha acompañado en nuestras fiestas mexicanas, se nos enchina la piel cuando vemos llegar al mariachi tocando el son de la negra, o las mañanitas. Aunque no todo es alegría, también de tristeza se canta, como diría la canción; quién no ha llorado al oír las golondrinas cuando alguien se va, o en un entierro; por eso el mariachi lo sentimos tan nuestro, porque se puede adaptar a cualquier situación.
     Pero ante todo esto: ¿de dónde surge el mariachi? El término mariachi se emplea para designar el nombre de un género musical de corte popular, conformado por la vihuela (tipo de guitarra de cinco cuerdas), la guitarra, el guitarrón, violines y trompetas, principalmente. 
     Existen varias versiones sobre el origen de la palabra mariachi. Una de ellas se deriva del vocablo francés: mariage, porque en tiempos de la Intervención Francesa (1862), en una boda en Jalisco arribaron unos soldados franceses, quienes se preguntaban por el motivo de aquella festividad, a lo que uno de ellos respondió: “C’est un mariage” que en francés signfica: es una boda; y así es como se cree que los franceses llamaron “marriach” y con el tiempo “mariachi”, al conjunto musical que conocemos hoy en día.
     Otra corriente versa sobre el origen nayarita de la palabra, nombre que se le daba al tablao en donde se bailaba y/o al nombre de la madera con la que se construían los tablados de las danzas. Una teoría diferente propone que la palabra proviene de los indígenas “cocas”, de Cocula (Jalisco), del vocablo coca: mar, corrido; la, sonido; chi, en: lo que suena en corrido.
     Si bien es cierto, cualquiera que sea el significado de la palabra, mariachi, éste tiene su origen campesino en los estados de Colima, Nayarit y Jalisco. La indumentaria, en un principio, era sencilla y de uso cotidiano del campo; la vestimenta del mariachi campesino tradicional era el sombrero de soyate, cobija doblada al hombro, pantalón y camisa blanca de manta, con un cinturón amarrado a la cintura y huaraches.
     Esta indumentaria se ha ido transformando a través de los años, ya que en los siglos XVIII y XIX, ya podemos apreciar los trajes mestizos de los bailadores; el hombre vestido como chinaco, pantalón que se ensancha hacia abajo, camisa de rayas o clara y botas negras; la mujer al estilo de la china: falda oscura amplia, blusa clara, rebozo y zapatillas.
     En la actualidad el traje ha ido pasando de la manta a la gala, del pantalón de manta, al traje ajustado de chaqueta y pantalón con botonaduras de plata a los lados; botines o botas, en vez de huaraches, y accesorios, como la corbata de moño y el cinturón de plata o pintado muy adornado.
    Este radical cambio en la ropa también se puede apreciar en la instrumentación musical; el mariachi originalmente está conformado por la vihuela: que consta de cinco cuerdas tipo guitarra de menor tamaño, mismo que se encarga de la armonía; y el guitarrón: de seis cuerdas de acero con caja acústica abombada de mayor tamaño que la guitarra. En 1930  se incorporan otros instrumentos metálicos de aliente y cuerdas, guitarras y varios violines, poco tiempo después se consolida la presencia de la trompeta,  dándole mayor presencia ornamental.
    El mariachi que conocemos en la época actual ha estado determinado por la industria cinematográfica del llamado “Cine de Oro”, en películas de charros, amoríos, balazos y cómicos enredos, protagonizadas por actores, que se han vuelto un estereotipo para el extranjero, tales como el legendario Pedro Infante, Luis Aguilar, Jorge Negrete, Tito Guizar, quien en los años 40 fue uno de los iniciadores que dio a conocer internacionalmente el mariachi  por medio de sus filmes.  
     Esta música es símbolo de identidad nacional e ícono de la cultura popular, que nos acompaña en el festejo y en el sepelio. En estas fiestas patrias recomiendo dar una vuelta por La Plaza de Garibaldi, escenario de decenas de películas y lugar de inspiración para componer llegadoras canciones. Donde también podemos apreciar el Museo del Tequila y del Mezcal (MUTEM), que se construyó como parte de los trabajos de regeneración urbana de la plaza. Este 15 de septiembre vamos todos a gritar y a cantar al son del mariachi: ¡VIVA MÉXICO SEÑORES!
Voz de la guitarra mía,
al despertar la mañana
quiere cantar su alegría
a mi tierra mexicana (…)
 
México Lindo y Querido
si muero lejos de ti
que digan que estoy dormido
y que me traigan aquí (…)
 
                                                                                                       
 (Compuesta por el moreliano Chucho Monge en 1921)

         Por: Alejandra Fuentes.

Arráncame la vida con demasiado amor.

     ¿Qué tienen en común estas dos novelas? Las dos fueron creadas por escritoras mexicanas contemporáneas (Sara Sefchovich, Demasiado Amor; Ángles Mastretta, Arráncame la vida), fueron llevadas a la pantalla grande con gran éxito; hablan de mujeres inteligentes, intensas y ávidas de encontrar el amor, en ellas mismas y en los demás.

          Arráncame la vida es la primera novela de Ángeles Mastretta, (1949, periodista) situada en los años treintas, en Puebla,  cuenta la historia de una jovencita llamada Catalina, quien conoce al general Andrés Asencio, como 30 años mayor que ella, a las pocas semanas de conocerse se casan y se van a vivir juntos.

“Tenía quince años y muchas ganas de que me pasaran cosas. Por eso acepté cuando Andrés me propuso que fuera con él unos días a Tecolutla. Yo no conocía el mar, él me contó que se ponía negro en las noches y transparente al mediodía. Quise ir a verlo. Nada más dejé un recado diciendo: -Queridos papás, no se preocupen, fui a conocer el mar-”Arráncame la vida.
     Pero para Catalina, esta no fue la mejor decisión, porque no se conformaba con ser únicamente la mujer del general. Novela que se lee de manera ágil, que retrata las costumbres de le época posrevolucionaria, la corrupción en el gobierno, la decepción de Catalina por no encontrar el amor en su esposo, pero después lo hallará en manos de un joven culto e inteligente. En palabras de la propia escritora, comenta que:
“Es la historia de una mujer enamorada y su educación: cómo aprende que no puede ser solamente una mujer enamorada de su esposo sino que tiene que ser atrevida, beligerante y sobre todo, en control de su propia vida. También quise responder a mis propias dudas sobre la relación entre los hombres y las mujeres”. Ángeles Mastretta.

     Demasiado amor, relata la vida de dos hermanas que sueñan con irse a vivir a un pueblito en Italia, comprar una casa allá y vivir de las rentas; para lograr este objetivo una de las hermanas, Beatriz, se tiene que quedar en México para mantener a ambas y enviar dinero desde aquí. Pasan las semanas y por más que se esfuerza en su trabajo de oficina, el dinero no le alcanza. Una noche decide ir a tomarse un café al Vips, donde conoce a un señor con el que platica por horas, y termina acostándose con él, obteniendo una paga económica.
    De aquí en adelante Beatriz comienza una intensa aventura sexual, entre semana, con hombres muy diferentes entre sí. Porque los fines de semana los tiene reservados para el amor, es decir para Carlos, con él descubre todo México, desde Yucatán hasta Tijuana; sus paisajes, su comida, playas, cenotes, pueblos, cascadas, mariposas monarcas, pirámides.

“Brillan los lagos de Valle de Bravo, Pátzcuaro y Zirahuén. Rugen los ríos enormes que corren por Tabasco, o los riachuelos sin nombre que recorren  Morelos. Sueñan los canales de Xochimilco cubiertos de lirio, y aquel camino de agua detrás de las ruinas de Palenque. Duerme el cenote sagrado en Chichén-Itzá…” Demasiado Amor.

     Sara Sefchovich, quien es socióloga e historiadora, se encarga de entregarnos una guía roji del amor, de la sensualidad, de México, de su historia, su geografía, sus personas y lugares; del redescubrimiento de los sentidos a través de los viajes y de la pareja. Recomiendo ver la película, con la excelente actuación de Karina Gidi, después de haber leído el libro.

“Por tu culpa empecé a querer este país. Por tu culpa…porque tú me llevaste y me trajiste, me subiste y me bajaste, por veredas y caminos, por pueblos y ciudades… Y ahí iba yo atrás de ti y contigo,  mirándote, bebiéndote, esperándote para que me hicieras el amor después de tanto recorrido, de tanto polvo, verdor, desolación, calor y lluvia que fuimos encontrando en este país nuestro de cada día”. Demasiado Amor.


         Por: Alejandra Fuentes.