viernes, 6 de mayo de 2011

Por alto que esté el cielo en el mundo...

   Hace dos años, el maestro José Emilio Pacheco cumplió 70 años de vida, él no quería nada de festejos, y no le hicieron caso, afortunadamente. Así que la Sala Manuel M. Ponce fue el escenario para hablar de su obra junto con Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Alonso Lujambio (ampliamente abucheado), entre otros.
     La sala estaba repleta tanto de escritores, medios de comunicación, y demás lectores que lo admiramos. José Emilio Pacheco es de los pocos escritores que puede conectar tanto con la elite literaria, y con los jóvenes; quién no ha leído Las batallas en el desierto (de no ser así los invito a su lectura), que ha sido motivo de escenificaciones teatrales, una película, bien lograda pero no comparable con el libro, y una buena canción compuesta por el grupo Café Tacuba, que incluye un famoso bolero puertorriqueño, que se menciona en la historia, aquí un fragmento de la misma:

Por alto que esté el cielo en el mundo
por hondo que es el mar profundo
no habrá una barrera en el mundo
que mi amor profundo no rompa por ti.

Oye Carlos
Por qué tuviste
que salirte de la escuela esta mañana
oye Carlos
Por que tuviste
que decirle que la amabas, a Mariana
   
     Pacheco inspira a generar obras, a partir de su obra. Él escribe de jóvenes adolescentes enamorados, y escribe con profundidad; porque cuando un chico se enamora y no es correspondido, todos dicen: está chavo se le va a pasar. En cambio José Emilio transforma ese “se le va a pasar” en grandes novelas. Carlitos en Las Batallas en el desierto, no tiene la culpa de enamorarse de Mariana, la mamá de su amigo, y mucho menos del sufrimiento posterior, simplemente fueron las circunstancias. En su obra: El principio del placer, se deja ver esa emoción que se siente cuando uno se enamora por primera vez, cómo olvidar esa primera vez!!!
     Retomando lo del homenaje, en aquella ocasión, me regalaron un poster que contiene un poema escrito por él, el cual me dejó, honestamente, un tanto desolada; quizás por el momento de búsqueda en el que me encuentro, pero que quiero compartir con ustedes por la verdad y profundidad que tiene.

“El Mañana”
A los veinte años nos dijeron:
“hay que sacrificarse por el mañana”.

Y ofrendamos la vida en el altar
del dios que nunca llega.

Me gustaría encontrarme ya al final
con los viejos maestros de aquel tiempo.

Tendrían que decirme si de verdad
Todo este horror de ahora era el mañana.

Ante esta obra, no hay nada más que agregar, ¿no creen?

Gracias por leerme queridos lectores. Espero sus comentarios.

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