El mariachi nos ha acompañado en nuestras fiestas mexicanas, se nos enchina la piel cuando vemos llegar al mariachi tocando el son de la negra, o las mañanitas. Aunque no todo es alegría, también de tristeza se canta, como diría la canción; quién no ha llorado al oír las golondrinas cuando alguien se va, o en un entierro; por eso el mariachi lo sentimos tan nuestro, porque se puede adaptar a cualquier situación.
Pero ante todo esto: ¿de dónde surge el mariachi? El término mariachi se emplea para designar el nombre de un género musical de corte popular, conformado por la vihuela (tipo de guitarra de cinco cuerdas), la guitarra, el guitarrón, violines y trompetas, principalmente.
Existen varias versiones sobre el origen de la palabra mariachi. Una de ellas se deriva del vocablo francés: mariage, porque en tiempos de la Intervención Francesa (1862), en una boda en Jalisco arribaron unos soldados franceses, quienes se preguntaban por el motivo de aquella festividad, a lo que uno de ellos respondió: “C’est un mariage” que en francés signfica: es una boda; y así es como se cree que los franceses llamaron “marriach” y con el tiempo “mariachi”, al conjunto musical que conocemos hoy en día.
Otra corriente versa sobre el origen nayarita de la palabra, nombre que se le daba al tablao en donde se bailaba y/o al nombre de la madera con la que se construían los tablados de las danzas. Una teoría diferente propone que la palabra proviene de los indígenas “cocas”, de Cocula (Jalisco), del vocablo coca: mar, corrido; la, sonido; chi, en: lo que suena en corrido.
Si bien es cierto, cualquiera que sea el significado de la palabra, mariachi, éste tiene su origen campesino en los estados de Colima, Nayarit y Jalisco. La indumentaria, en un principio, era sencilla y de uso cotidiano del campo; la vestimenta del mariachi campesino tradicional era el sombrero de soyate, cobija doblada al hombro, pantalón y camisa blanca de manta, con un cinturón amarrado a la cintura y huaraches.
Esta indumentaria se ha ido transformando a través de los años, ya que en los siglos XVIII y XIX, ya podemos apreciar los trajes mestizos de los bailadores; el hombre vestido como chinaco, pantalón que se ensancha hacia abajo, camisa de rayas o clara y botas negras; la mujer al estilo de la china: falda oscura amplia, blusa clara, rebozo y zapatillas.
En la actualidad el traje ha ido pasando de la manta a la gala, del pantalón de manta, al traje ajustado de chaqueta y pantalón con botonaduras de plata a los lados; botines o botas, en vez de huaraches, y accesorios, como la corbata de moño y el cinturón de plata o pintado muy adornado.
Este radical cambio en la ropa también se puede apreciar en la instrumentación musical; el mariachi originalmente está conformado por la vihuela: que consta de cinco cuerdas tipo guitarra de menor tamaño, mismo que se encarga de la armonía; y el guitarrón: de seis cuerdas de acero con caja acústica abombada de mayor tamaño que la guitarra. En 1930 se incorporan otros instrumentos metálicos de aliente y cuerdas, guitarras y varios violines, poco tiempo después se consolida la presencia de la trompeta, dándole mayor presencia ornamental.
El mariachi que conocemos en la época actual ha estado determinado por la industria cinematográfica del llamado “Cine de Oro”, en películas de charros, amoríos, balazos y cómicos enredos, protagonizadas por actores, que se han vuelto un estereotipo para el extranjero, tales como el legendario Pedro Infante, Luis Aguilar, Jorge Negrete, Tito Guizar, quien en los años 40 fue uno de los iniciadores que dio a conocer internacionalmente el mariachi por medio de sus filmes.
Esta música es símbolo de identidad nacional e ícono de la cultura popular, que nos acompaña en el festejo y en el sepelio. En estas fiestas patrias recomiendo dar una vuelta por La Plaza de Garibaldi, escenario de decenas de películas y lugar de inspiración para componer llegadoras canciones. Donde también podemos apreciar el Museo del Tequila y del Mezcal (MUTEM), que se construyó como parte de los trabajos de regeneración urbana de la plaza. Este 15 de septiembre vamos todos a gritar y a cantar al son del mariachi: ¡VIVA MÉXICO SEÑORES!
Voz de la guitarra mía,
al despertar la mañana
quiere cantar su alegría
a mi tierra mexicana (…)
México Lindo y Querido
si muero lejos de ti
que digan que estoy dormido
y que me traigan aquí (…)
(Compuesta por el moreliano Chucho Monge en 1921)
Por: Alejandra Fuentes.
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